Mi cuerpo mustio yace sobre algún lugar,
El cansancio carcome cada molécula de mi cuerpo
La razón se mezcla lentamente con el desasosiego
Mi ser clama por un instante de inconciencia.
Siento mi sangre espesa revolotear,
Cada parte de mi ser se revela ante el dolor
Perderse entre la bruma del no saber…
Las lágrimas abruman mi garganta
Que se enmudece en un grito silencioso.
Mi alma cegada ha convertido mi cuerpo
En un saco lleno de huesos, cual despojo
Y la humanidad se escapa buscando el último aliento.
Ni los recuerdos acuden a mí, perdidos en mi oscuridad.
Solo el vacío mortal y enfermizo monopoliza
Los restos de lo que un día fui…
Ya no encuentro motivos para armar
El rompecabezas de lo que quiso ser mi vida.
Los sueños son meras ruinas en la tierra del olvido,
Y la soledad se señorea por sus dominios
La ausencia de ansias y alegrías desbastó todo.
El paisaje es tan agreste y abandonado,
Que nada de vida puede de sus tierras germinar…
Y en una existencia que solo la mantiene el respirar
Es mejor cerrar mis ojos y en negro vuelo echarme a volar
Mi cuerpo mustio yace en algún lugar…
Sin llagas que a la vista sangren,
Pero deshecho por las heridas asestadas dentro, lejos de la piel.
No hay nadie a mi alrededor, tal vez nunca la hubo en verdad..
La carencia de amor te seca y te desahucia
Y así fue que llegue aquí… sin nadie, sin nada…
Y así me voy….como un fantasma que ronda…
Como un ente intangible…quiero marchar…
Con la tranquilidad de cada uno como vive, muere…
Con la seguridad de que nadie me va a extrañar…
Quizás porque jamás supe entregarme de verdad
Y si algo se castiga en esta vida es no saber amar
Y por este pasillo de la muerte me deslizo sin parar…
Sin equipaje sin riquezas, solo con el frío de mi soledad
El castigo se recibe en este mundo...
Con mi condena, sin quejas, he de marchar…
Dejando mi cuerpo inerte, alguien lo ha de encontrar.