Si miras en una noche clara el inmenso firmamento verás el cielo tachonado de estrellas formando constelaciones. Sabemos su nombre, a que distancia están, como son....Si tomamos un microscopio electrónico podremos contemplar las partículas que forman un micro universo complejo y armonioso, conocemos sus leyes podemos predecir
su actividad. Pero si tratamos de ahondar en nuestro interior encontraremos un gran vacío. Hemos avanzado tanto hacia fuera que la ficción y la realidad se confunden pero nos hemos olvidado de explorarnos nosotros mismos y nace las más extraña paradoja: El ser que pretende conocer y dominar el universo no se conoce ni se domina a si mismo. Un ser que puede dominar la infinita energía atómica y solar pero no puede dominar sus propios sentimientos. La ley fundamental de causa-efecto es la única ley que ha escapado a su control. Todos nosotros somos producto de una causa, nosotros mismos somos causa de otros efectos. La pregunta básica es: ¿Dónde se generan las causas? La respuesta primaria: Dentro de nosotros mismos en algún rincón de algo llamado memoria. La memoria no es más que un enorme banco de datos que hemos ido almacenando y utilizamos cada vez que tomamos una decisión. Y las decisiones serán reflejo y resultado de la calidad de los datos almacenados. Sería todo tan sencillo si la verdad fuera ésta...pero no lo es.
Volvamos por un momento a ser niños...volvamos a creer en que los duendes, hadas, que los castillos encantados existen y talvez empecemos a encontrar la respuestas. Toda nuestra historia está guardada en una biblioteca que está escondida en algún lugar de nuestra cabeza. El bibliotecario es un fantasma que desde nuestro nacimiento va clasificando y almacenando todo lo que vemos, oímos, aprendemos, imaginamos, etc ,etc. Nuestro Fantasma es impredecible, su andar es errático, no rinde cuentas ante nadie y se ríe de nuestro afán de ignorarlo y no creer que existe. Si bien acata nuestros pedidos de traernos tal ó cual recuerdo cuando no le damos tareas se aburre y entonces sale a recorrer los innumerables pasadillos y salas donde en anaqueles están guardados todos nuestros recuerdos, toma cualquiera y nos lo alcanza, traspapela algunos, a otros los pierde. Prolijamente etiquetados y ordenados cronológicamente desde los tiempos intrauterinos al momento que recién pasó los recuerdos esperan ser requeridos. Algunas de éstas carpetas son más pequeñas que un átomo y tan sólo guardan una fracción de tiempo, otras en cambio son voluminosas y guardan secuencias mas extensas. Y un poco más allá en una pieza obscura, bajo tres llaves, cadenas y candados están los recuerdos que no queremos volver a recordar jamás Será entonces, por culpa del fantasma travieso, que vuelven a nosotros recuerdos que a simple vista carecen de importancia...fueron triviales...ó tan lejanos que llegamos a dudar que hayan sido reales y nos hacen pensar:¿porqué recordé esto?. Si recorremos ésta biblioteca veremos lo curioso que es contemplar recuerdos cubiertos de telarañas y polvo junto a otros que relucen de tanto uso aunque ambos hayan acontecido en un mismo momento.
Pero un día descubrí que podía guardar en algunas habitaciones vacías los recuerdos que yo quisiera sin pedir permiso a mi fantasma. Y decidí guardar los momentos más importantes de mi vida, dejarlos bajo llave y poder llegar a ellos cuantas veces quisiera y cuando quisiera. Todo iba bien hasta que un día mientras soñaba se me apareció mi enfurecido fantasma. Me increpó porqué había invadido su territorio sin su permiso. Le expliqué que tan solo había guardado los recuerdos más bellos de mi vida. Enojado, me dijo:-deben de ser muchos y ocuparán demasiado espacio ya que has vivido una buena cantidad de años.
-No tan así -le respondí- los momentos más bellos los viví en el último año, en el último mes, en los últimos días.
Viendo su desconfianza le dije...-ven te los muestro.
Abrí la puerta de mi habitación que parecía vacía. Tan sólo había tres granitos de arena.
-¿Esto has guardado? -Me preguntó el fantasma desconcertado-...¿Arena?
Pacientemente le respondí:- no, no son granos de arena...son segundos robados al reloj del tiempo.
Con cuidado tomó uno entre sus dedos y al verlo de cerca su rostro cambió. Una extraña luz salía de cada grano de arena, era una luz brillante...tibia. -
Explícame porqué son tan importante para ti- me pidió-...no entiendo como pueden ser tan importante 3 segundos entre los millones que has vivido.
Tomé el primer grano de arena y le dije:-...ves este segundo?..lo atesoro porque en el está guardado el recuerdo de la primera vez que mis ojos se reflejaron en los de la persona que amo. Fue nuestra primera mirada...llena de miedos....nerviosismo...esperanzas. Empañada por lágrimas de alegría al sentir que ya las distancias que nos separaban habían dejado de existir....que los sueños se hacían realidad....que el futuro era posible.
Tomé el otro grano de arena...-ves? éste es la fracción de segundo anterior a que fuera mía. Fue el momento en que sus ojos no eran los de la mujer experimentada...la madre luchadora....eran tan solo los ojos de la mujer que había conquistado mi corazón ,estaban llenos de inocencia....serenidad. Hablaban de una entrega sin condiciones. Suplicaban amor....reflejaban amor....regalaban amor.
-¿Y el tercer grano..el tercer segundo del tiempo a que corresponde?- quiso saber-
Le respondí:-es la última mirada que cruzamos...otra vez empañados los ojos pero ésta vez de pena. Había llegado la hora de partir. Sus labios susurraron “buen viaje” sus ojos decían por favor quédate....vuelve pronto....mis labios susurraron “te amo” mis ojos te dijeron....no me dejes....volveré para estar contigo para siempre.
-Es hermoso eso -me dijo el fantasma-..pero....¿tan importante son estos tres segundos?
Para explicarle tan sólo le dije:-....tú puedes borrar de mi vida cualquier momento..seguiré siendo yo..seguiré viviendo..respirando...soñando. Pero si borras éstos tres segundos mi vida perderá su sentido. Esos tres segundos son ella...mi dulce peque..mi mujer....y sin ella todo es tan sólo un enorme vacío. Estar enamorado es tan sólo eso...detener el tiempo en el corazón y hacer eterno cada segundo junto a la persona que amas. Enterrar el yo y el tú para dejar que crezca el nosotros.
-Te entiendo -me dijo el fantasma- pero es una locura sólo atesorar 3 segundos entre los millones de una vida.
-Entiende -le dije- nuestro amor es una locura..la más hermosa locura...y de a poco los segundos se transformarán en horas..éstas en días..éstos en meses...éstos en años. Y cuando me llegue el momento de partir de ésta vida, mi ultimo segundo, mi última mirada dirá tan sólo gracias....valió la pena vivir....te amo.
Las personas realmente mueren en el momento en que las olvidamos...mientras las recordemos vivirán junto a nosotros...El verdadero amor siempre será más fuerte que la muerte...y será como el nuestro...un amor más allá del tiempo y del espacio.
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